sábado, 19 de marzo de 2011

Grandes cambios... ¿para bien?

Revisando el correo, he estado leyendo uno que me enviaron hace algún tiempo. Habla básicamente de los cambios generacionales y me ha servido para recordar gran parte de mi infancia.

Ahora, rondando la treintena y con dos hijas a las espaldas, me doy cuenta de cuánto han cambiado las cosas.

 En los 80, cualquier niño iba solo a un bar a pedir que le diese unas chapas (yo llegué a tener mas de 5000 repartidas en cajas de zapatos) que nos jugábamos con nuestros amigos machacándonos los dedos (la mayoría de nosotros tenemos callos en ellos de darle a la chapa para ganar una carrera).

 Una cuerda, una goma y un balón bastaban para tener entretenidos a 20 o 30 niños durante ¡toda una tarde! Con 8 años en Castrejón de la Peña (pueblo palentino donde veraneaba) por la módica cantidad de 500 pesetas sacabamos un bono para pasarnos el día metidos en la piscina municipal, donde la única vigilancia existente era el socorrista-taquillero que te daba un coscorrón si propasabas los límites de lo correcto.






 Heidi, Oliver y Benji, David el gnomo o los caballeros del zodiaco han dado paso a Dora, Inazuma, Gormiti y cía.

Mi primer videojuego consistía en una pantalla negra con dos "paletas" que se movían mediante una innovadora rueda giratoria, muy similar a las consolas de hoy en día.

En los 80-90 vivimos un espectacular cambio tecnológico que se ve reflejado sobre todo en los más pequeños, capaces con 5 años de manejar un PC mejor que la mayoría de nuestros padres. Estos cambios beneficiosos en su mayoría, creo que son perjudiciales para los más pequeños, que están perdiendo su capacidad de invención e imaginativa (aunque bien es cierto que eso se decía hace años de nosotros).

Lo que sí es cierto es que los niños de hoy están extremadamente sobreprotegidos, no se les puede tocar y se les mima demasiado. Se les permite absolutamente todo, culpando a sus progenitores de enseñarles mal, aunque se castiga un simple azote por maltrato. En el colegio se ha perdido el respeto hacia el profesorado, lógico por otra parte cuando no les es posible levantar la voz siquiera, pues puede causar un trauma al gamberro de turno.

Creo que está bien implantar unos límites (aún me duelen los oídos de las bofetadas y los dedos  de los regletazos), pero estamos llegando demasiado lejos.

Y todo esto se da por una razón: al igual que nuestros padres, nos orgullecemos de nuestra infancia, pero no la queremos para nuestros hijos. Seamos menos hipócritas, que no cuesta tanto.






El progreso es bueno, por supuesto, aunque no debemos olvidar los valores que nos enseñaron y, sobre todo, no confundir la libertad de la que disponíamos y que hemos cambiado por libertinaje.

A veces nos quejamos diciendo que los niños de hoy lo tienen todo, que no aprecian nada y que no saben jugar. Antes cualquier niño salía a la calle solo, dentro de unos límites (la casa de fulano, el regato, la tienda de tal...) se le daba libertad para jugar, se hacía daño y no pasaba nada. Hoy, un niño solo es sinónimo de abandono y una herida sangrante una tragedia. Entonces, ¿quien es el culpable? Porque muchas veces se la echamos al progreso, pero vamos al campo y llevamos las PSP a los niños para que se sienten a jugar con ellas y no molesten.

Aquí les dejo el relato que me mandaron, es antiguo y muchos le conoceréis, pero creo que es muy interesante:

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS!!! QUE BUENO.........


El objeto de esta misiva es la de reivindicar a una generación, la mía,: la de todos aquellos que nacimos en los 80 (año arriba, año abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda   hasta los 50 años.  Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92 .Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia  democrática y la serie Cuéntame nos parece que es una mierda y que hace apología del franquismo. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes. Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma  o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice. Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos bodrios como Historias del Kronen o Reality Bites, Melose place o Sensación de vivir ( te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco). Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía con las putadas de la Señorita Rottenmayer; nuestra primera canción del verano fue "Los Pajaritos" (1981) . Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la  droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes. Hemos vestido vaqueros 
de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años. Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los ultimos en hacer bup y cou, los pioneros de la E.S.O . Somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y los que no les cuesta un duro echarnos del curro.Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros 
hemos  aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre. Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum,odiamos a Bill Gates, vimos a Perico Delgado anunciar los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre. Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema, el panadero farlopero. Quién diría entonces que años más tarde, con España integrada en la UE, aquella niña morena habría de enseñarnos sus vergüenzas (Ruth Gabriel). Los q recordamos a Enrique del Pozo cantando con ana (abuelito dime tu...) Los del incomparable "Planeador abajo" de 
MazingerZ, los de Ulises 31 y Comando G (que nunca acabó de gustar a nadie) Somos la generación que fuimos al cine a ver las películas de Parchís, y que durante años creímos que el de rojo (como quien dice el de en medio de los Chichos ) era Enrique Búmbury. Los que crecieron escuchando a Europe  y a ese grupete de imitadores que les salió, unos tal Bon Jovi. Los de la explosión 
del Challenger, la cantada de Arkonada , Los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con Superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comiamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal. Somos la generación del Tocata, La Bola de Cristal (solo no puedes, con amigos sí), el Follow Me, "El coche fantastico", "Oliver y Benjí", "la abeja maya",  El hipnótico "Planeta Imaginario", Los Toreros Muertos, La Orquesta Mondragón, el abrazafarolas del
Butano y el Misissipi de Pepe Navarro con su inimitable Pepelu. La generación de la quinta del buitre, de Hugo Sánchez, de Biriukov, Del Corral, Corbalán, Romay y que nos traumatizamos con las muertes de Fernando Martín y Petrovic (¿quién coño juega hoy en 
el  Madrid de baloncesto?). El 600 era el utilitario normal, el 124 un coche familiar y el 131 una berlina de lujo. El 23F nos pareció un buen día porque no hubo clase y ponían películas por la tele. Nuestro grito de guerra fue "Tigres, Leones, todos quieren ser los campeones" "como estan ustedes" y descubrimos a las mujeres  gracias a tirantes de una tal Miriam Diaz Aroca. La generacion que se cansó  de la de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generacion que veia a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última 
generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1978 y 1985 La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: Nosotros viajábamos en coches  sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bag, hacíamos viajes de 10-12h con cinco personas en un 600 o en un  Renault 4 y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, niprotectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y 
con esquinas en pico, y jugábamos a "lo que hace la madre hacen los hijos", esto 
es aver quien era el mas bestia. Pasábamos horas construyendo nuestros vehículos" con trozos de rodamientos para bajar por las cuestas ysólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de los frenos.Después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el problema. Jugábamos a "churro va" y al pañuelo y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, 
jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. Eso si nos buscábamos maderas en los contenedores o donde fuera y hacíamos una caseta para pasar alli el rato. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. La mitad de los compañeros de clasetenía la barbilla rota o algún diente mellado, o alguna pedrada enla cabeza... Tuvimos peleas y nos partíamos la cara unos a otros y aprendimos a superarlo. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo par los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y  punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. No tuvimos Playstations, Nintendo 64, vídeo juegos, 99 canales de televisión, sonido surround, móviles, ordenadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos globos llenos de agua y arrastrandonos por los suelos destrozando la ropa. Nosotros si tuvimos amigos. Quedábamos con ellos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, a la peonza, a las canicas, a la lima, al 
rescate...,en
fin tecnología punta... Íbamos en bici o andando hasta su casa y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los
padres, nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel! !Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?
Hicimos juegos con palos, botellas y balones de fútbol improvisados, y comimos pipas y, aunque nos 
dijeron que pasaría, nunca nos crecieron en la tripa ni tuvieron que operarnos
para sacarlas. Bebíamos agua directamente del grifo de las fuentes
de los parques, agua sin embotellar, donde chupaban los perros!!!
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la ,escopeta de perdigones
o con el tirawebos, antes de ser mayores de edad y sin
adultos, DIOS MÍO!! En los juegos de la escuela, no
todos participaban en los equipos. Los que no lo hacían, tuvieron 
que 
aprender a lidiar con
la decepción.Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como 
otros y 
repitieron
curso. ¡Que horror, no inventaban exámenes extra! Y ligábamos con 
las 
chicas persiguiéndolas para
tocarlas el culo y jugando a beso, verdad y atrevimiento, no en un 
chat 
diciendo :) :D :P
Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las 
consecuencias.
No había nadie para resolver eso. La idea de un padre
protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si 
acaso
nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos
libertad, fracaso, exito y responsabilidad, y aprendimos a crecer 
con
todo ello. Tú eres uno de ellos ??

2 comentarios:

  1. Yo soy viajero, me han surgido problemas respecto a los contagios de enfermedades por beber agua enbotellada, no por la calidad de esta,mas bien por compartir el agua y chupar de la boca de la botella cuando otra persona lo habia hecho antes.Yo recomiendo llevar siempre una o mas Boquilla Personal,justo para evitar estos problemas de salud que muy facilmente nos pueden surgir.Si no conoceis la Boquilla Personal,podeis buscarla en internet(no doy la pagina web por que no se si se puede,pero se llama como el mismo nombre indica.
    Despues de un desastre natural,hay muchas oportunidades de contagiarse enfermedades transmitidas por la saliva,maxime cuando no se bebe en vasos. Lo peor que te puede pasar en un viaje,es ponerte enfermo.Cuidate

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  2. Hola, me llamo ignacio y soy el creador del blog http://lalineacal.blogspot.com/, me gustaria que me añadieras como blog amigo y puesieras un enlace con el nombre "desde la línea de cal", yo hare lo mismo con el tuyo en mi blog. Gracias

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